El hambre en el mundo aumentó en 2021, con alrededor de 2 mil 300 millones de personas enfrentando dificultades moderadas o severas para obtener lo suficiente para comer, y eso fue antes de la guerra de Ucrania, que provocó aumentos en el costo de los cereales, los fertilizantes y la energía, según un informe de la ONU.
Del total de personas que sufrieron inseguridad alimentaria, un 12 por ciento -unas 268 millones- viven en Latinoamérica y el Caribe. La situación fue más grave en Asia y África, pero en la región latinoamericana y del Caribe un 40.6 por ciento de la población enfrentó inseguridad alimentaria moderada o severa.
“Eso es cuando la gente enfrenta incertidumbre respecto a su habilidad para obtener comida y ha sido forzada a prescindir de calidad o cantidad nutricional en los alimentos que come”, dijo Máximo Torero, economista jefe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), tras la presentación del reporte.
El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo pinta un panorama sombrío, basado en datos de 2021, y dice que las estadísticas “deberían disipar cualquier duda persistente de que el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición en todos los países y en todas sus formas”.
“La evidencia disponible más reciente sugiere que la cantidad de personas que no pueden pagar una dieta saludable en todo el mundo aumentó en 112 millones a casi 3 mil 100 millones, lo que refleja los impactos del aumento de los precios de los alimentos al consumidor durante la pandemia de Covid-19”, dijeron en el prólogo los jefes de cinco agencias de la ONU que publicaron el informe.
Advirtieron que la guerra en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, “está interrumpiendo las cadenas de suministro y afectando aún más los precios de los granos, los fertilizantes y la energía”, lo que resultará en más aumentos de precios en la primera mitad de 2022. Al mismo tiempo, dijeron , los fenómenos climáticos más frecuentes y extremos también están interrumpiendo las cadenas de suministro, especialmente en los países de bajos ingresos.
La ONU también reveló que la diferencia entre mujeres y hombres que sufrieron inseguridad alimentaria moderada o severa el año pasado en Latinoamérica y el Caribe fue de 11.3 por ciento, la cifra más alta respecto a otras regiones.
La ONU destacó que si los gobiernos ofrecieran incentivos a los productores de alimentos nutritivos “contribuirían a que las dietas sanas fueran menos costosas y más asequibles para todo el mundo”. Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones donde comer sano sale más caro, destacó el informe.
Con información de AP