Niños viven junto a sus madres reclusas en penales del Estado de México

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De acuerdo con la Subsecretaría de Control Penitenciario mexiquense, hay 22 menores de edad que viven con sus madres en las cárceles de Neza-Bordo (6), Chalco (5), Ecatepec (3), Almoloya de Juárez (3), Neza-Sur (3), Texcoco (1) y Tlalnepantla (1). Estos menores tienen edades de entre el mes y los dos años, es decir, algunos de ellos no tardan en separarse de sus madres. Cabe mencionar que son nueve niños y 13 niñas que actualmente viven con sus madres en prisión.

Su desarrollo en los primeros tres años de vida no es igual al de la mayoría de las y los niños de la entidad mexiquense; por alguna razón que todavía ellos no alcanzan a comprender, viven sus primeros años entre los muros que custodian los Centros Penitenciarios y de Reinserción Social del Estado de México, pero lo hacen con el amor y los cuidados de su madre, pues es un beneficio que les dan a las mujeres recluidas en estos espacios. Uno de ellos es Joshua, quien solo tiene cuatro meses de edad y pasa sus días en los brazos de su madre Berenice.

Berenice tiene 36 años, 12 de ellos los ha pasado en prisión debido a una condena de 22 años y seis meses por secuestro en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez. Para Berenice no ha sido fácil; llevar el proceso de embarazo, el nacimiento y el desarrollo de su bebé dentro de una prisión es algo diferente, nunca se lo imaginó, pero este es su motor de vida, su motivación dentro y fuera de las rejas.

“Cambió completamente mi vida porque había pasado yo por momentos muy difíciles con eso y con sentencias muy largas llega la idea de que ya no quiere vivir uno, y la llegada de él cambió completamente mi vida y tengo muchas ganas de vivir con él”.

Las leyes permiten que los menores vivan con sus madres en prisión hasta los tres años de edad; antes de cumplir la edad, los niños pueden salir de manera intermitente con su familia en el exterior, esto para que puedan conocer nuevas experiencias y no les cueste tanto la separación con sus madres. Joshua, cuando cumpla tres, se irá con su padre; no obstante, Berenice luchará por seguir adelante y al salir poder ofrecerle una vida digna a Joshua.

“Cuando se van los bebés es un dolor muy grande para ellos y para nosotras… ahora todos mis planes van sobre mi bebé y hacer muchas cosas con él, cosas que no he hecho durante muchos años como nadar, conocer lugares, ayudarlo con la tarea”. 22 menores viven con sus madres en penales de la entidad.

Con información de Milenio

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