Comparezco este día ante este Honorable Cabildo de Mérida para cumplir con una obligación constitucional de presentar el informe del estado que guarda la administración pública municipal.
Estoy entregando a mis compañeros regidores y regidoras y a través de ellos a todos los ciudadanos, un documento de 113 páginas y seis capítulos donde enumero los retos y las acciones que hemos desarrollado en este período.
En lo general, puedo decir que el primer año de esta administración se caracterizó por el avance de compromisos y de programas necesarios para el desarrollo social, sustentable, económico, cultural y de servicios públicos.
En el segundo año, esta trayectoria ascendente se rompió ante la grave situación mundial creada por la peor pandemia que se ha extendido en los tiempos modernos, el COVID 19 misma que obligó a suspender estos programas exitosos, a aprender nuevas formas de comportamiento social y a crear nuevos programas emergentes que pudieran mitigar los efectos negativos tanto de salud como los económicos.
En el Plan de emergencia de COVID 19 entregamos más de 150 mil apoyos alimentarios, reorientamos 300 millones de pesos para acciones de prevención para la salud pública y gestionamos cerca de 1,400 apoyos productivos sin descontar los programas para la comunidad artística del municipio.
En este último año de la administración, hemos desplegado programas para la recuperación paulatina de nuestra vida comunitaria, en la medida que las vacunas y los mayores controles sociales que tenemos inciden en un mejor manejo de la enfermedad. Todo eso lo hemos hecho convocando a todos y todas mediante una plataforma que llamamos Mérida nos une y que ha permitido que la solidaridad nos haga más fuertes, útiles y eficientes con quienes necesitan algo.
Acaso esta recuperación hubiera sido más rápida si hubiéramos contado con recursos económicos similares a los del primer año de esta administración, ya que en estos tiempos ha habido recortes de programas federales y ajustes en los ingresos propios que, a la baja, sin duda han restado velocidad a nuestros procesos.
Solo para subrayar este hecho, quisiera comentar que el programa federal llamado Fortaseg es decir, el Programa de fortalecimiento del desempeño en materia de seguridad pública que apoyaba capacitación y equipamiento de los cuerpos de seguridad, ya ha desaparecido, siendo un renglón en el que también hemos quedado con nuestros propios recursos.
Ahí está para la memoria del qué hacer municipal, nuestra solicitud de un préstamo al congreso que fue negado, pese a que rendimos todos los informes que solicitaron, ofrecimos toda la información requerida y los documentos comprobatorios que confirman que Mérida es uno de los pocos municipios mexicanos que tiene cero deuda pública.
Como dije el día que recibí mi constancia de mayoría, luego de que los meridanos y meridanas me confirieron de nuevo su confianza entre varios candidatos, estoy preparado para enfrentar de manera más madura los problemas, para no esconder la cara y para luchar siempre por que la verdad, la justicia lleguen para todos y todas. No es nada fácil. Pero nada nos vencerá.
Nunca hemos vivido paraísos plenos ni sociedades perfectas. En mi primera administración tuve que recuperar una ciudad destruida en sus finanzas, en sus servicios públicos y en la confianza ciudadana. La entregué, como saben recuperada y en mejores condiciones.
En esta segunda administración, que gracias a la confianza ciudadana puede ejercer, nos cayeron de modo intempestivo y catastrófico una pandemia mundial, los efectos del cambio climático y ahora casi al final de la administración un penoso caso que va contra todos los valores que hemos defendido.
Si México tuviera más ciudades como Mérida sería mejor y más feliz, dije entonces y lo repito. No estoy diciendo que no haya expresiones homófobas, clasistas, racistas o que las mujeres tengan todas las óptimas condiciones que requieren para desarrollar sus capacidades. Tampoco estoy diciendo que la educación, la conciencia, el respeto a la dignidad de todas las personas y de todos los seres vivos ya se haya logrado. Digo que caminamos hacia ello y que las demandas intensas y dolorosas tienen que convencernos a todos de trabajar juntos.
Es en los tiempos difíciles, donde las personas, las familias, las instituciones tienen que sacar lo mejor de sí para remontar las afrentas y los peligros. Es en estos momentos, donde no debe haber lugar para la mezquindad política ni para la ligereza en la búsqueda de la verdad. Mérida sigue teniendo lo mejor en su seno. Los meridanos y meridanas que saben comprender, amar y decir la verdad. Como en otros momentos difíciles de la historia, creo que podemos decir:
Llenos de yucataneidad, del amor por nuestra ciudad, no temamos el porvenir. Nada será más grande que el alma de Mérida. Muchas gracias.